Esta realidad nos interpela como presencia mercedaria para ser respuesta de Merced junto a tantas mujeres que son excluidas, discriminadas, maltratadas. Confirmamos nuestra opción por la mujer, dando pequeños pasos en nuestra misión. 

SOMOS POR LA MUJER SIN CADENAS, SOMOS POR LA LIBERTAD!

"Manifestación impresionante de cariño y de agradecimiento del pueblo de Mallén a las Hnas. Mercedarias, organizada por las empleadas de la Residencia y secundado por todo el pueblo. Solo podemos decir GRACIAS, GRACIAS. Después de 132 años de presencia, la Congregación se retira, pero os llevamos en el corazón." (Comunidad de Mallén)

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Jóvenes con inquietud vocacional buscan momentos únicos para hacer su discernimiento. En este fin de semana alargado estàn reunidas las hermanas del Equipo vocacional en Sáo Paulo/Taipas/Brasil con un grupo de jóvenes: Postulante y aspirantes.

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Las Mercedarias de la Caridad, podemos ser una ajuda en su proceso de búsqueda para que discubran su vocación en la Iglesia. Nuestro carisma de Caridad Redentora es un atractivo y testimonio para ser presencia de Merced y misericordia.

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Nuestro carisma de Caridad Redentora sigue vivo en varias culturas...


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En este día tan especial para toda la Congregación, cuando celebramos los 116 años de la Aprobación de nuestras Constituciones por la Iglesia que confirma nuestro carisma de Caridad Redentora, queremos seguir siendo fieles al sueño de nuestro Padre Fundador. Con nuestra vida centrada en Jesucristo Redentor somos llamadas a ser para la humanidad expresión de liberación de todas las esclavitudes de la humanidad. Feliz dia a todas las hermanas que en el dìa de hoy siguen testimoniando nuestro carisma.

Estos son los deseos del Gobierno general  a toda la Congregación con nuestro abrazo fraterno.

 

 

 

Celebramos la aprobación de las constituciones

(papa león xiii, 1901)

 

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Ambientación (Laudes)

El 24 de abril celebramos, un año más, la aprobación de nuestras Constituciones por la Santa Sede (Papa León XIII, 24 de abril, 1901) y ya sabemos que “celebrar” un acontecimiento en la vida religiosa significa “comprometernos” a vivir lo que constituye el motivo de nuestra celebración. En este caso, nuestro compromiso de vivir el carisma que nos legó el padre Fundador al que después de vivir su propio camino de persecución, de soledad y de silencio, resucita para ser modelo indicador de una vida entregada como la de Jesucristo “por el bien de la humanidad, en Dios por Dios y para Dios”. El lema es mucho más que unas simples palabras bien articuladas… Queremos realizar en nuestra vida aquello que Jesús, el Señor, nos pide: dar la vida, porque “Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus hermanos” (Jn 15,13).

Con la Aprobación de las Constituciones, la Iglesia asume como obra del Espíritu en su seno la vida y misión de un Instituto religioso. Nuestra vida, centrada en Jesucristo Redentor y teniendo como modelo de consagración a María, Madre de la Merced, está llamada a ser un derroche de caridad redentora, es decir, de entrega gratuita y permanente por la liberación de todas las esclavitudes que asolan a la humanidad dentro de la historia. La caridad no pasa nunca sino que se expresa a cada instante haciendo el bien, como diría el beato Juan N. Zegrí a las primeras mercedarias y como nos sigue diciendo también a nosotras hoy. Que nuestra celebración sea, pues, una verdadera anamnesis (memoria viva) de la Pascua vivida con Jesús día tras día, aceptando el peso de la cruz del mundo y la muerte solo como expresión del amor que se entrega sin reservas para vivir en clave de resurrección permanente, tal como lo hizo nuestro Fundador, la venerable sor Isabel Lete y tantas hermanas a lo largo de nuestra pequeña historia de amor redentor.