Durante el fin de semana del 25 y 26 de marzo, en Cájar, Granada, ha tenido lugar, dentro del año dedicado a Jesucristo Redentor en los preparativos a la celebración del 800 aniversario de la Orden de la Merced, el curso de formación permanente “Dios visita y redime a su pueblo” impartido por nuestra hermana Sor Trinidad León Martín.
Estos días de encuentro, han tenido como objetivo y finalidad despertar, una vez más, en cada una la necesidad de vivir centradas en Jesucristo redentor, viviendo desde lo más íntimo de nuestro ser la espiritualidad que nos es propia dentro de la Iglesia: ser mujeres al servicio de la caridad redentora, desde la experiencia personal de un Dios que se nos revela como “El Dios que visita y redime a su pueblo”. Es decir, un Dios que es Presencia familiar y Redención.
Para hablar del tema de la Redención, podemos tomar cualquier página de la Escritura, pues todas y cada una tratan de esto: “Dios es nuestro Redentor”. Pero, ¿cómo redime Dios a su creación?
Para dar respuesta a esta pregunta, se ha tomado el “BENEDICTUS” como ejemplo y camino a seguir en pos del Dios que nos redime, visitándonos, estando entre nosotras en el mundo.
Todo el Cántico del Benedictus habla de redención, de cómo Dios lleva a cabo la redención y de cómo nosotras nos podemos sentir implicadas en esta acción divina.
Se trata, de ser cada vez más conscientes de nuestro compromiso y colaboración en la obra de identificación con Jesucristo Redentor, identificación que el mismo Espíritu Santo lleva a cabo en nosotras. Necesitamos descubrir que Dios sigue actuando en la cotidianidad de nuestra vida, en el día a día. Siempre. Y necesitamos que ese descubrimiento nos llene de asombro una y otra vez, sin permitir que la indiferencia o la apatía eche raíces en nosotros.
Se ha pretendido hacernos gustar el gozo de formar parte de un proyecto que merece la pena ser vivido hasta el final: el proyecto de la Redención comenzado por Dios en los inicios de la historia de la humanidad y llevado a cabo en plenitud por Jesucristo: la Palabra encarnada en la historia.
Agradecemos a nuestra hermana Trini, su sabiduría puesta al servicio de las hermanas en un compartir sencillo y muy profundo.