En estos tiempos que corren en que parece invadirnos, a veces, la falta de esperanza y nos dejamos atrapar por el pesimismo; es necesario fomentar, en nuestros ambientes, aquella expresión de una de las publicaciones del gran teólogo Juan Mateos: “Cristianos en fiesta”. Sí, los cristianos tenemos la suerte de poder renovarnos, cada día, con esa entrega hecha presencia del Dios Palabra, del Dios Amor. Motivo que tiene la fuerza de llenar de esperanza nuestras vidas. Y en este contexto Pascual de vida de Dios regalada a todas sus criaturas, ya que la naturaleza misma nos envuelve con esa vida nueva que ella misma recibe y entrega ¡ES PRIMAVERA!, es este marco, donde tiene lugar la aprobación pontificia de nuestras Constituciones y dónde queremos  seguir celebrándola cada año.

Por eso para renovar, actualizar y revitalizar nuestra identidad, según las Constituciones: “La misión a la que está consagrada la Congregación es la práctica de la caridad redentora, ejerciendo todas las obras de misericordia espirituales y corporales en la persona de los pobres, sirviéndoles en cuantas obras puedan redundar a favor de la humanidad pobre y necesitada” (Const. nº 4, a) y unidas a la iglesia, acogiendo las orientaciones del papa Francisco: “Es mi vivo deseo que el pueblo cristiano reflexione durante el Jubileo sobre las obras de misericordia corporales y espirituales. Será un modo para despertar nuestra conciencia, muchas veces aletargada ante el drama de la pobreza, y para entrar todavía más en el corazón del Evangelio, donde los pobres son los privilegiados de la misericordia divina” (M.V. nº 15,b); y con la maestría de nuestra hermana Pili Villegas, nos adentramos en el alma de las obras de misericordia, para saborear, en nuestro corazón y en comunión con nuestras hermanas que de todas las comunidades de la provincia, nos hemos congregado en la “Casa Madre”, para escuchar hoy la voz del Señor que nos habla al corazón, en los momentos cálidos de oración y por medio de nuestra hermana Pilar. Hemos revivido, en estos días el sentido de la llamada y del envío, desde nuestro Carisma, a perpetuar en el mundo y a revivir en la historia, las obras que Él mismo hizo, las Obras de Misericordia y que quiere hacerlas con y por nosotras Hermanas Mercedarias de la Caridad. Pues la “Misericordia es un elemento integrante del Carisma que pertenece al núcleo del mismo por estar enraizado en la Caridad”: Así comienza la exposición de nuestra hermana y como un rosario va desgranando una a una esas Obras de Misericordia que como hemos dicho, hemos de experimentar nosotras mismas;  pues Jesús las hace en nosotras y ser así ese canal por dónde pueda llegar a nuestros hermanos el Amor. De ahí el título de las jornadas: “La Hermana mercedaria de la Caridad, canal de la Misericordia de Dios”.

Os compartimos la experiencia vivida en los distintos momentos de reflexión y oración con las ilustraciones y adjuntamos, también,  el rico material trabajado y expuesto por nuestra hermana, como signo de comunión con toda la Congregación como la mejor forma de celebrar esta fiesta familiar.