Durante el día de hoy hemos contado con dos presentaciones a cargo de miembros del Secretariado de Laicos: por una parte, Amaia Zubiaur, ha dado a conocer el “Proyecto del Voluntariado Laico Mercedario” desde la invitación a todas aquellas personas que sienten el deseo de “curar todas las llagas y remediar todos los males”, como decía nuestro Fundador, a sumarse a esta misión evangelizadora y social de la Iglesia cuyo marco es la espiritualidad Mercedaria.

Si tuviésemos que destacar algo en el estilo de vida del Laico Mercedario Misionero, sería -sin duda- la caridad, virtud que definía el Padre Zegrí como el “lazo de perfección que realiza y asegura la dicha y el bienestar de los pueblos”. Caridad acompañada de servicio y gratuidad, estos son los tres ingredientes básicos que deben formar parte de las personas que desean realizar una experiencia de misión.

Por otra parte, Leandro Lack, ha  motivado sobre la importancia de “Comunicar misión usando las nuevas tecnologías”, haciéndonos conscientes de que “la Iglesia enfoca los medios de comunicación social como dones de Dios, en la medida en que crean lazos de solidaridad entre las personas, pudiendo y debiendo ser utilizados en el trabajo evangelizador”. Ahora bien, ¿cómo puede contribuir la comunicación a una efectiva evangelización? La respuesta es…..ANUNCIANDO explícitamente aquello que quiere que llegue para que la persona lo interiorice, en nuestro caso, nos centramos en el anuncio de Jesucristo Redentor de forma adecuada y responsable. Finalmente, Leandro nos ha animado a compartir misión evangelizadora a través de las tecnologías de la información (promoviendo redes) así como contextualizarlas en las realidades presentes.

A lo largo del Encuentro se ha procedido a la presentación de los trabajos de laicos de las diferentes Provincias (Jesucristo Redentor y Padre Zegrí) y Delegación de Asia, todas ellas experiencias de servicio entregado a los pobres y necesitados, dichas experiencias han sido muy enriquecedoras y motivadoras que han contribuido a crear y potenciar ilusión en nuestros corazones, tal y como soñaba el Padre Zegrí: “Todo para bien de la humanidad, en Dios, por Dios y para Dios”.