TESTIMONIO DE LA HNA. MARIA JOSE CANO, mc
MARRUECOS Y EL DIOS DESCONOCIDO
Del día 16 al 25 de julio tuve la gran suerte de participar en un campo de trabajo en Tánger.
Fui invitada, por los responsables de juventud de Cáritas – Granada, a acompañar el itinerario social y espiritual de un grupo de jóvenes (24,) de entre 17 y 20 años a vivir una experiencia maravillosa.
Quiero, ante todo, agradecer a Caritas – Granada, a la Congregación, a mi superiora provincial, Trinidad García, y como no, a mi comunidad, la posibilidad de experimentar a Dios, de vivir el Carisma del Padre Zegrí allí donde hablar de Dios está prohibido, donde los signos o elementos de nuestra religión está muy vetados, pero un lugar donde la Iglesia está sobre valorada por la vivencia de la CARIDAD,” sin ruido ni voces”, con la entrega constante, incondicional y silenciosa.
Nos hospedábamos en una zona céntrica, cerca de la Mezquita principal de la ciudad. Allí escuchábamos la llamada a la Oración, la llamada a vivir el silencio respetuoso para ese Encuentro con Dios, llamado Alá, el Dios de Jesucristo,….. Pero todos unidos por el Amor.
Participamos en tres proyectos fundamentalmente:
1.- Con las hermanas de Teresa de Calcula
Acogen a mujeres marroquíes que se han quedado embarazadas y están solteras. Estas son repudiadas por la familia y la sociedad, llegando incluso a peligrar su integridad física. Prestan un servicio de acogida durante el embarazo y, aunque deben abandonar el centro al mes de dar a luz –por la gran demanda que existe-, siguen contando con el servicio totalmente gratuito de guardería, éste conlleva alimentación, pañales, ropa,…
Reparten bolsas de comida y ropa una vez a la semana.
Y, por último, y lo más impresionante, es la acogida y atención a “los niños de la calle”. Son niños de entre 7 y 16 años que por problemas de medios, por conductas conflictivas,…., son expulsados del ámbito familiar, si, van directamente a la calle, los ves harapientos, mugrientos, esnifando pegamento, dormidos en los jardines, en medio de las calles, en el cementerio,…., hasta que se les pasa “el colocon” – como intentan decirte en su lenguaje- y comienzan otra vez la rueda, mendigar, pelear,….. Pero todos deseando que llegue el miércoles, si, es el día que acuden al centro. Se duchan, se despiojan, se les curan heridas, SE LES TIENDE UNA MANO Y UN CORAZÓN. Comen, juegan,….., se sienten niños.
Puedo deciros que, desde que subí al ferry y atravesamos el Estrecho vi a Dios en la inmensidad del mar, pero estar con estos niños me hacía palparlo, es algo indescriptible,….. Y, aunque quiero verlo y palparlo en mi realidad con inmigrantes, en cada una de mis hermanas en todo lo que engloba mi historia personal,…. Si os digo que hay experiencias, se que todas las hemos vivido, en las que Dios se manifiesta de forma extraordinaria. Me faltan palabras para expresar mi GRATITUD por todo lo vivido.
2.- 100 % Mamas, participé de forma parcial.
Miles de mujeres se ven de la noche a la mañana echadas de las casas de sus padres, repudiadas por amigos, vecinos y compañeros de trabajo. En Marruecos, las relaciones fuera del matrimonio están prohibidas por el Código Penal. Y a los hijos de ellas se les desprecia con el nombre de ‘wlad ihram’, en el árabe dialectal de Marruecos. O sea, hijos del pecado. Verlas es ver el rostro sufriente de Jesucristo, humilladas, ultrajadas, despreciadas….
Tenderles una mano, escucharlas, acogerlas,…. Es encender una luz en su rostro, es ver un hito de esperanza.
3.- Franciscanos de la Cruz Blanca. No participé.
La misión se concreta en la asistencia a personas con discapacidad intelectual y/o física, con enfermedad mental, personas mayores, colectivos socialmente vulnerables como inmigrantes, transeúntes, toxicómanos, prostitutas, menores…
Mi objetivo general era conocer la cultura marroquí en su origen, en su hábitat,….. Pero cuando nos planteamos objetivos concretos, realizables,… yo me marqué dos: crecer y servir. Dios, que tanto me ama, me concedió poder vivirlos también en ésta realidad.
Dios, su amor, su misericordia se palpaba en cada realidad, en cada ser humano al que saludabas BISMILAH “en nombre de Dios”.
Envío Sor M. José Cano mc (Comunidad San Isidro – Granada -ESPAÑA)