Queridas hermanas y laicos:

Hoy comienza ese tiempo tan especial llamado Adviento. Un tiempo que nos prepara personal y comunitariamente para recibir al Redentor de la humanidad. Para recibir a Aquel que, según el Padre Fundador, solamente Él tiene la capacidad de iluminar el mundo. La sociedad de hoy, con sus múltiples problemas y desafíos, necesita más que nunca al Esperado de las naciones, como dice el profeta, para llenar nuestra tierra de esperanza y de luz.

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Preparemos nosotras el camino al Señor, allanemos las sendas por las que en este Adviento quiere llegar también a la tierra.

Hagamos de nuestros corazones la tienda de la esperanza y de la solidaridad. Intensifiquemos la oración y la vigilancia. Recorramos con firmeza el camino de la fe.

Que este Adviento no sea uno más en nuestra vida, sino que nos encontremos como Congregación recibiendo al Redentor para poderlo entregar a los seres humanos en frutos de caridad, de bendición y de liberación.

Feliz Adviento para toda nuestra familia: hermanas, laicos y cuantos se acercan a nuestra espiritualidad.

Recemos unos por otros. Sor Aurora Calvo, Superiora general