Al finalizar estos días de Encuentro y Formación, os compartimos con alegría la certeza de sabernos y sentirnos amadas por Él, que nos reafirma y renueva en la vocación de Hermanas Mercedarias de la Caridad, con la invitación a seguir profundizando en la vida de oración en un encuentro profundo con el Señor para cultivar relaciones más auténticas y fraternas; y seguir creciendo en caridad redentora para el bien de nuestra vida comunitaria y misión fomentando la comunión entre nosotras.

Constatamos la vida activa de nuestro Carisma en las distintas realidades de la Delegación, y nos alegramos por ello, con la firme esperanza se seguir contagiando la vida del Carisma y Dios nos regale nuevas vocaciones para la extensión del Reino y expansión de nuestra Congregación en Asia y para el mundo. 

Agradecemos a las hermanas Aurora Calvo Ruiz, nuestra Superiora general  y Maria Luisa Ugarte, consejera general y a toda la Congregación por la oportunidad de este tiempo, tan importante y esencial para revitalizar nuestra vida: personal, comunitaria, espiritual y misionaria.

Pedimos que nos sigan apoyando con sus oraciones, y también con hermanas dispuestas a colaborar en esta misión tan necesaria e importante en las distintas realidades de Asia.

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